Miguel Henrique Otero: El Nacional, 75 años conectados con Venezuela

El diario con mayor circulación en Venezuela está de aniversario, cumple 75 años informando a todos los venezolanos dentro y fuera del país


El Nacional, de periodicidad diaria y con una línea editorial 100% democrática e independiente, ha logrado mantenerse por largo tiempo en cada rincón venezolano, pese a los embates de la actual dictadura “bananera y populista”, tal cual la define su director y editor en el exilio Miguel Henrique Otero, al referirse al régimen macabro y perverso de Venezuela en la presidencia de Nicolás Maduro y su gabinete de turno, constituido mayormente por militares.


Este rotativo hoy día representa la idiosincrasia y cultura de un país que ve sus necesidades y denuncias en un diario estándar que se niega a cerrar sus puertas y desea servir a su gente como única ventana abierta en la poca comunicación objetiva, veraz y oportuna que queda en el país.
Cabe destacar que El Nacional ha atravesado dos procesos dictatoriales en Venezuela y 40 años de una democracia poco contenta con las políticas de información y conducción del medio, lo que lo ha hecho ser el blanco de muchas críticas por parte de políticos de derecha e izquierda en desacuerdo con algunas plumas que han sido analíticos certeros en sus escritos.
Sus inicios datan de 1943, en plena segunda Guerra Mundial cuando Miguel Otero Silva decide montar un medio escrito de fácil acceso al lector con destacadas publicaciones con la ayuda de su padre Henrique Otero Vizcarrondo.
En principio, Otero Silva tenía un semanario llamado El Morrocoy Azul, el cual decide cambiar y darle mejor potencial informativo a éste, gracias a la inversión de Otero Vizcarrondo, en comprar una rotativa en Boston de un periódico pro nazi que había cerrado y que en medio de tantos submarinos y barcos alemanes logró llevársela a Venezuela.
Nace El Nacional, con una línea y unas características poco usuales en aquel entonces, ya que a través de sus redactores y fotógrafos lograron darle ese toque de seriedad y profesionalismo que lo hacía diferente a otros periódicos, que simplemente resaltaban sus informaciones “tipo notas sociales” escritas por puros colaboradores, contó Miguel Henrique Otero, hijo y nieto de los fundadores.
Foto: Luis Gerardo Aguilera
Su éxito fue rotundo y logró ser el periódico más moderno de la época, desplazando a La Esfera y compitiendo con El Universal, convirtiéndose a través de los años en el primer rotativo de mayor circulación en Venezuela. Sus fuentes eran política, social, tecnología, economía e internacionales con artículos de los nobel Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, entre otros latinoamericanos de gran renombre en la literatura.
Primeras censuras
Otero nos comenta que el primer choque con el poder de El Nacional fue con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, “aquella dictadura era distinta a ésta, porque ellos usaban el mecanismo de la censura previa, a través de un funcionario dentro del periódico que recibía todos los materiales que iban a ser publicados, revisando y tachando lo que no querían que saliera y así se fue manteniendo pese a dos cierres temporales en su momento”.
Con el paso de la democracia viene el crecimiento del periódico, siguiendo con su esquema crítico y objetivo, situación que los gobernantes de turno no veían con buenos ojos, por denuncias que publicó El Nacional en aquel entonces. “Habían problemas que quedaban subsanados con el cambio de gobierno cada cinco años, terminábamos peleados con el anterior Gobierno y que al entrar otro y con el beneficio de la duda decían contar con ellos, pero que al momento de las críticas se volvía a repetir la historia”, relató Otero.
A su juicio, en Venezuela han habido tres modelos de hacer dictadura: la primera, la bananera, de hechos insólitos e inventos, representada por Marcos Pérez Jiménez, Anastasio Somoza, Chapita Trujillo, entre otros. La segunda es la dictadura comunista que es la del proletariado, donde trabajadores de bajo rango asalariados controlan el poder político. La tercera, la dictadura de Maduro, ”que no es una cosa ni la otra, con una base conceptual de comunistas a largo plazo que no logran ser nunca por carecer de bases que dejan de ser de izquierdas al convertirse en mafias que controlan al país”.
Como para seguir escuchando anécdotas del surgimiento de El Nacional, Miguel Henrique nos cuenta que su padre lo llevaba de niño a los talleres del periódico donde veía que pequeños carritos transportaban bobinas de papel y aquel momento era como un parque de atracciones para él y sus amigos del colegio.
También recuerda al prensista que montó la rotativa. “Era el maestro Rada, un inmigrante de España que hasta el momento de su muerte laboró para el periódico… lo admiraba mucho “. También recuerda que su padre dejaba mucha autonomía sobre quiénes manejaban el rotativo y que al día de hoy sigue su mismo lineamiento, en cuanto a las importantes decisiones del jefe de información y redacción.
Foto: Luis Gerardo Aguilera
Además, nos relató un poco sobre la supervivencia del periódico manejado a distancia. “Aunque no deja de ser complicado, afortunadamente, tenemos delegados con muy buen criterio, combativos y muy profesionales, lo más que hago es sugerirles una que otra cosa”.
Fuente de información de los venezolanos en el exterior
Relató que años atrás, una manera de llegar a más venezolanos fue con el sistema “Compuservice”, con el que hoy la diáspora venezolana se entera de muchas informaciones a través de la plataforma online y redes sociales, del cual se hicieron pioneros a través de su sitio web. “La diáspora venezolana y personas de otras nacionalidades no sólo se enteran de las noticias, también confirman determinadas informaciones, ya que seguimos siendo un periódico referencial. Cuando Maduro ataca a un medio lo que saca en televisión es a El Nacional y ahora más, porque somos el único diario independiente que queda en Venezuela… El periódico ha mantenido su línea de no autocensurarse, particularmente con el Gobierno de Maduro”.
En modo sobrevivencia y viacrucis comunicacional
Otero confesó el modus operandi del régimen, en cercenarlo a través de amenazas posteriores a las publicaciones, utilizando a los tribunales con sentencias judiciales, a los colectivos con agresiones físicas contra el personal y el periódico, a los medios controlados por ellos para intimidar en sus espacios, como por ejemplo el programa televisivo “Con el Mazo Dando” de Diosdado Cabello, quien amenaza reiteradamente con apoderarse del medio impreso. También bloquean el uso del papel, al organismo tributario para llenarlo de sanciones administrativas, y la prohibición publicitaria de algún ente público oficial, lo que ha permitido la reducción del mismo a sólo 15 páginas, pese a un tiraje de 15 mil ejemplares diarios que ha logrado mantener.
En medio de un corto suspiro y con interno e inmenso orgullo, Miguel Henrique recordó las 128 páginas que llenaban los seis cuerpos de El Nacional en su momento más populoso.
Foto: Luis Gerardo Aguilera
Con respecto a la obtención del papel que permite la circulación impresa, Otero manifestó que existe una acción solidaria por parte de medios extranjeros que han ofrecido su papel en la consecución del trabajo periodístico con importantes descuentos. “Esto ha permitido que en vez de durar un mes, se haya llegado a cinco años de impresión y, sin embargo, me permito tener las dudas del tiempo de duración y es por ello que nos afianzamos en la página web, aunque también hemos sufrido ataques cibernéticos, pero hay que estar preparados para cualquier fin”.
El momento anhelado
Al consultarle sobre el titular que iniciaría la primera página de El Nacional un día después de la caída del régimen, no titubeó en decir que ya lo tiene. “Ya me lo he pensado y lo he dicho muchas veces: Venezuela rescató la democracia. Ese titular lo tenemos ahí”.
Aseguró que no ve un cambio de políticas o línea editorial después del “chavezmadurismo”. Espera mantener la crítica informativa porque ningún otro medio lo hace. Con un regreso de la diáspora, avizorando la reconstrucción del país y en volver a ampliar las áreas informativas de antes.
Luego de rememorar aquellos momentos de gloria, difíciles de olvidar, intactos en la mente y el alma para Miguel Henrique Otero, no dejó de pensar en lo que será el futuro de Venezuela y su gente, sobrellevando un medio de comunicación vilipendiado tanto como al venezolano mismo. Al marcaje del reloj, las horas del Gobierno están contadas, entrando en un tic tac informativo, porque más temprano que tarde, ese gran titular se impondrá y retumbará en cada rincón del mundo “Venezuela rescató la democracia”.
Vea la nota en Háblame.

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