Régimen anuncia victoria electoral de Maduro pese a inmensa abstención






El chavista Consejo Nacional Electoral (CNE) pronunció al gobernante Nicolás Maduro como ganador de los comicios presidenciales del domingo, anunciando que obtuvo 5.82 millones de votos a su favor aún cuando las encuestas a boca de urna mostraban que menos de cuatro millones acudieron a las urnas.


“Con un total de 8.60 millones de votos válidos podemos decir que Nicolás Maduro Moros con 5.82 millones votos, Henri José Falcón Fuentes, 1.82 millones de votos, Javier Alejandro Bertucci, 925,042 votos”, anunció la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, en un breve mensaje.


Poco antes, Falcón había anunciado que él desconocería los resultados, tras acusar al régimen de haber traicionado el acuerdo de reglas que las partes habían pactado al ofrecer a los electores el pago de un bono en bolívares equivalentes a $10 a las personas que votaran a favor de Maduro.


Los números del CNE, que por años ha sido controlados por el régimen, lucen desproporcionados en vista de la muy escasa participación que registraron los centros de votación durante el día.


Recorridos realizados durante el día por las agencias de noticias y reporteros de la prensa independiente mostraron centros de votación totalmente vacíos en las principales ciudades del país, mientras que encuestas de boca de urna realizadas por firmas privadas también dejaban en claro la magnitud con que el proceso estaba siendo rechazado.


Según una de ellas, sólo unos 3.59 millones de venezolanos acudieron a los centros de votación, proporción que solo representa el 17.32 por ciento de los cerca de 20.5 millones de electores inscritos en el registro electoral.


Dirigentes de la oposición agrupados bajo el denominado Frente Amplio dijeron antes del anuncio que el mundo había visto el domingo el gran triunfo del pueblo venezolano.


“El presidente de la Republica ha sido abrumadoramente derrotado por la valentía del pueblo venezolano”, manifestó en rueda de prensa Víctor Márquez, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela, y miembro del secretariado del Frente Amplio.





Trabajadores de un centro electoral en Caracas esperan por votantes el 20 de mayo del 2018.
Ricardo Mazalan AP

“Hoy el gran actor de esta historia, de este triunfo rotundo, se llaman los ciudadanos, que no aceptaron el chantaje, que no aceptaron la presión, que no aceptaron la intimidación, que salieron a defender sus derechos, y hoy podemos decir con toda firmeza que al presidente le llegó el fin de su mandato, porque ya no tiene apoyo popular”, agregó.


Los números que manejaba el Frente Amplio después de la votación apuntaban a que la participación no alcanzó el 30 por ciento.


El régimen, a través del vicepresidente de Información Jorge Rodríguez, había informado inicialmente que unos 2.5 millones de electores ya habían acudido a los centros de votación para las 10 de la mañana.


Pero el número lucía como una burda exageración en vista del escaso movimiento que mostraban los centros de votación. Una encuesta de boca de urna mostraba que incluso para la 1 de la tarde ese total no había sido alcanzado, con el número de electores sumando solo 2.2 millones, o 10.70 por ciento de los 19.5 millones de registrados.


Esos números son muestra de una gigantesca abstención. En elecciones presidenciales pasadas, la participación ya sumaba cerca del 40 por ciento del registro electoral a la 1 p.m., proporción que luego repuntaba en la tarde para terminar en niveles de entre el 60 y el 80 por ciento.


La encuestadora brindó los números bajo condición de anonimato ante el riesgo de represalias en el país petrolero.


Los venezolanos que habían decidido no acudir a las urnas lo hacían desafiando la velada amenaza oficial de retirarle el acceso a los alimentos que muchos reciben a través del programa social conocido como CLAPS.


Esos alimentos son indispensables para la supervivencia de un importante segmento de la población que se ha visto obligado a vivir bajo condiciones de hambruna. El colapso económico creado por 18 años de políticas socialistas han traído a la otrora rica Venezuela una aguda escasez de alimentos y de medicinas, así como una tasa de hiperinflación que algunos economistas pronostican podría cerrar por encima del 100,000 por ciento este año.


Claramente preocupado por los evidentes niveles de abstención, Maduro durante la tarde hizo un llamado a las bases del chavismo a que redoblaran los esfuerzos por llevar a los electores a los centros de votación.


“Mientras más votos, más paz”, dijo Maduro, al realizar el llamado, consciente de que una baja participación empañaría su eventual victoria.


La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) promovió la abstención al boicotear un proceso que considera una “farsa” para perpetuar a Maduro. Pero el ex chavista Henri Falcón se separó de sus filas y es el principal rival del mandatario.


Falcón y el pastor evangélico Javier Bertucci, otro adversario de Maduro, pidieron votar contra lo que llamaron “pesadilla” y “desastre”, aunque denunciaron “chantajes” del oficialismo.


Maduro, que enfrenta niveles de rechazo que rondan el 90 por ciento, adelantó las elecciones presidenciales de este año a través de su cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, acción que fue calificada de inconstitucional por una comunidad internacional que de antemano anunció que no reconocería los resultados.


Con el ejercicio, Maduro aspira a conseguir legitimidad para un nuevo periodo presidencial de seis años, pero el proceso fue rechazado rotundamente por los partidos de oposición, que determinaron que simplemente en el país no hay condiciones para realizar un proceso electoral justo y transparente.


Y desde ya la comunidad internacional ha comenzado a brindar señales de que la película electoral que el chavismo está tratando de armar hoy en Venezuela simplemente no es creíble.


“Observando hoy [lo que pasa en] #Venezuela. Las fraudulentas elecciones no cambian nada. Necesitamos que el pueblo venezolano dirija este país […] Una nación con tanto que ofrecer al mundo”, escribió en su cuenta oficial de Twitter, el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.


Este artículo fue complementado con los servicios cablegráficos de el Nuevo Herald.


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PUBLICADO EN: El Nuevo Herald




















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