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A través de un comunicado publico, el general retirado y diputado a la Asamblea Nacional (AN), por el partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Hugo Carvajal exigió al departamento del tesoro de los Estados Unidos ser “excluido de la lista OFAC”, por no contar con pruebas que lo incriminen en la supuesta comisión de delitos de narcotrafico. Según Carvajal, se trata de una acusación sin fundamentos “inconsistente y carente de todo sustrato probatorio” además de señalar que la inclusión en esta lista no tubo como finalidad la confiscación de bienes en Estados Unidos porque “no los tengo”. Sobre los supuestos vínculos de Carvajal con la guerrilla y el terrorismo, dice el comunicado que “no existe ni un solo indicio de mi participación en hechos de esta naturaleza. La acusación es de tal ligereza que agrava su contenido y repugna a la propia esencia del Estado de Derecho”. El texto, expresa también, la disposición del militar retirado de colaborar con cualquier investigación

18 años en el poder. 18 años son, prácticamente, cuatro periodos presidenciales, según la Constitución de 1961. Cuatro quinquenios, cuatro gobiernos distintos. Entre 1959 y 1979, en esos 20 años tuvimos cuatro presidentes que determinaron un avance importantísimo en la vida social, política, económica, cultural y educativa en el país. No es el momento para hacer el largo inventario de los logros, pero sí es necesario establecer que 18 años de gobierno chavista, no solo han dejado muy poco, por no decir nada, sino que han exhibido una escasísima rotación en el liderazgo y en la conducción del país. No solo Chávez gobernó un tiempo excesivo -ahora seguido por Maduro que es más de lo mismo pero peor-, sino que los nombres que en este largo período han rotado en el gabinete ejecutivo han sido siempre los mismos con muy pocas y notorias excepciones. Algo increíble es que 18 años después, como si fueran cuatro quinquenios de la anterior republica civil, todavía el gobierno h