Venezuela tiene pocas probabilidades de éxito para reestructurar su deuda






Para Torino Capital una reestructuración voluntaria de la deuda externa venezolana, se hace muy difícil dentro del contexto de las sanciones financieras impuestas por el gobierno estadounidense. Recomienda a los inversionistas estar alerta ante cualquier posible señal de que el gobierno de Maduro considere suspender los pagos.


Las sanciones de Estados Unidos, las pocas alternativas para llevar a cabo el proceso sin violar las normas estadounidenses y la baja probabilidad de que los acreedores acepten las nuevas condiciones, son los principales escollos del gobierno de Nicolás Maduro para reestructurar la deuda externa.


Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino Capital en un reporte especial, recordó que las sanciones de Estados Unidos ejecutadas el pasado 24 de agosto prohíbe a los estadounidenses, participar en cualquier transacción que provea financiamiento al gobierno venezolano o a Pdvsa, con la excepción de deuda de corto plazo, compromisos emitidos por Citgo o pasivos adquiridos para importaciones de carácter humanitario.


“Esto hace que para los inversionistas institucionales domiciliados en Estados Unidos sea ilegal aceptar nuevos instrumentos venezolanos, como los que se tendrían que emitir en el caso de una reestructuración”, señala Rodríguez.


Explicó que existen formas en las que Venezuela podría refinanciar su deuda sin violar las normas estadounidenses. Por ejemplo, podría usar las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) de sus bonos soberanos para cambiar los términos de la obligación, ya que esta modificación no genera un compromiso nuevo, sino que altera los términos de los ya existentes.


También podría emitir nuevos pasivos si los recursos obtenidos se destinan a importaciones de alimentos y medicinas, así como tratar de emitir un bono dirigido exclusivamente a inversionistas fuera de los EEUU. “Creemos que, en la práctica,ninguna de estas alternativas será relevante”.


Acota Rodríguez que es poco probable que los inversionistas no estadounidenses estén dispuestos a renunciar a sus pagos para permitirle al gobierno de Maduro cubrir sus compromisos con los tenedores de EEUU, mucho menos si lo que reciben es un bono nuevo que no pueda ser transado en el mercado norteamericano.


“Por lo tanto, no hay claridad sobre si el gobierno venezolano podrá ejecutar una reestructuración exitosa de sus bonos. La pregunta clave es si las autoridades están dispuestas a seguir honrando sus pagos en caso de que no se alcance un acuerdo con los tenedores”, plantea.


Rodríguez, quien es uno de los pocos analistas de la banca de inversión internacional que ha tenido conversaciones permanentes con las autoridades monetarias, financieras y petroleras del país, advierte estar atento de lo que ocurra con los intereses de varios bonos que ya tienen retraso en sus pagos.


“Por los próximos días, recomendamos estar alerta ante cualquier posible señal de que el gobierno considera suspender los pagos, por ejemplo, dejando que los periodos de gracia de los cupones pendientes expiren”.


El próximo 9 de noviembre vence el plazo de 30 días para el pago de los intereses del primero de los papeles de deuda externa del país: Elecar. En caso de no cumplirse con este compromiso, Venezuela entrará automáticamente en default o impago.




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